[HNA] Golinger's analisis del acuerdo yanqui

Simon Rios elektrodread at gmail.com
Tue Nov 3 06:39:48 PST 2009


Honduras: La victoria del "Smart Power"
Por Eva Golinger

Henry Kissinger decía que la diplomacia es "el arte de refrenar el poder".
Obviamente, el ideólogo más influyente de la política exterior
estadounidense del siglo XX estaba haciendo referencia a la necesidad de
"refrenar el poder" de otros países y gobernantes para poder mantener la
posición dominante de Estados Unidos ante el mundo. Presidentes como
George W. Bush, empleaban el "poder duro" (Hard Power) para lograr este
fin: armas, bombas, amenazas e invasiones militares. Otros como Bill
Clinton, utilizaban el "poder suave" (Soft Power): la guerra cultural,
Hollywood, ideales, diplomacia, autoridad moral y campañas para ganar "las
mentes y corazones" de las poblaciones civiles en países adversarios. Pero
la administración de Barack Obama ha optado por una mutación de estos
dos conceptos, fusionando el poder militar con la diplomacia, la influencia
política y económica con la cultural y legal, y llamándolo el "poder
inteligente" (Smart Power).Su primera aplicación ha sido en el caso de
Honduras, con el golpe de estado, y hasta hoy, ha funcionado a la
perfección.

Decía la Secretaria de Estado Hillary Clinton en su audiencia de
confirmación ante el Senado de Estados Unidos, que "debemos utilizar lo
que se ha llamado el "smart power", el rango completo de herramientas que
están a nuestra disposición - diplomáticas, económicas, militares,
políticas,
legales y culturales - escogiendo la herramienta correcta, o combinación de
herramientas, para cada situación. Con el "smart power", la diplomacia
sería la vanguardia de nuestra política exterior." Luego, Clinton reforzaba
este concepto afirmando que "el camino más sabio es primero utilizar la
persuasión."

¿Qué es lo inteligente de ésta concepción? Es una política dificil de
clasificar, dificil de detectar y dificil de desmontar. El caso de Honduras
es
ejemplar. Por un lado, el Presidente Obama condenaba al golpe contra el
Presidente Zelaya, y por otro lado, su embajador en Tegucigalpa se reunía
constantemente con los golpistas. La Secretaria de Estado Clinton repetía
muchas veces durante los últimos cuatro meses, desde el primer día del
golpe, que Washington no quería meterse ni influir sobre la situación en
Honduras - que eran los hondureños que tenían que resolver su crisis, sin
ninguna injerencia externa. No obstante, fue Washington que impuso la
mediación de Oscar Arías, presidente de Costa Rica, era Washington que
seguía financiando al régimen golpista a través de la USAID, y era
Washington que comandaba y controlaba las fuerzas armadas hondureñas,
a través de la base militar Soto Cano (Palmerola).

También fue el lobby de Washington que redactó el "acuerdo" de San José,
y en el final, fueron los altos funcionarios de la Casa Blanca y el
Departamento de Estado que tuvieron que "persuadir" a los hondureños
para que aceptaran ese acuerdo. A pesar de la constante injerencia de
Estados Unidos en el golpe de estado en Honduras - desde su financiación,
diseño y apoyo político hasta el apoyo militar - el "smart power" logró
distorcionar la realidad ante la opinión pública, convertiendo al duo
Obama/Clinton en los "grandes ganadores del multilateralismo".

Lo que hizo el "smart power" fue disfrazar el unilateralismo estadounidense
de multilateralismo. Del primer día, la agenda de Washington se impuso. El
1 de julio, los voceros del Departamento de Estado admitieron en una rueda
de prensa que tenían conocimiento previo del golpe. También admitieron
que dos altos funcionarios de la diplomacia estadounidense, Thomas
Shannon y James Steinberg, estuvieron en Honduras la semana anterior al
golpe para mantener reuniones con los grupos civiles y militares que lo
llevaron a cabo. Decían que su propósito era "frenar el golpe", pero ¿cómo
se explica entonces el hecho de que el avión llevando al presidente Zelaya
ilegalmente fuera del país salió de la base militar de Soto Cano, en la
presencia de los militares estadounidenses?

Los hechos demuestran la verdad sobre el papel de Washington en el golpe
de estado, y su posterior experimento exitoso con la aplicación del "smart
power". Sabían del golpe, financiaban a los involucrados, ayudaron sacar al
Presidente Zelaya del país y luego, utilizaron a la Organización de Estados
Americanos (OEA) - en un momento incluso en que estaba en peligro de
extinción - como fachada para imponer su agenda. En su discurso, el
Departamento de Estado siempre legitimaba a los golpistas, llamando a
"todas las partes...a resolver las disputas políticas de manera pacífica a
través del diálogo". ¿Desde cuando un usurpador ilegal del poder es
considerado "una parte" légitima dispuesta a dialogar?Obviamente es un
actor criminal que no estaba dispuesto a dialogar en primer lugar. Basada
en esa lógica de Washington, el mundo debería hacer un llamado al
gobierno de Obama para que "resuelva su disputa política con Al Qaeda de
manera pacífica a través del diálogo".

El "smart power" de Obama/Clinton logró su primera victoria durante los
primeros días del golpe cuando los estados miembros de la OEA aceptaron
la solicitud de esperar 72 horas para "darles tiempo" en Honduras para
resolver su crisis. Luego vino la imposición de la mediación de Arías, y ya,
de haber cedido tanto espacio a Washington, el imperio tomó el reino y lo
llevó hasta el final. Cuando el presidente Zelaya se fue a Washington para
reunirse con la Secretaria de Estado Clinton, fue obvio quien estaba en
control. Y asi lo jugaron, alargando el tiempo hasta el último momento para
no permitir un regreso de Zelaya que tuviera el espacio de revertir lo que
ya
se habían logrado.

El pueblo se quedó fuera, los meses de represión, violencia, persecución,
violaciones, toques de queda, cierres de medios de comunicación y torturas
y asesinatos, se han olvidado. Menos mal, como dijo el Subsecretario de
Estado Thomas Shannon, luego de lograr hacer firmar el "acuerdo" entre
Micheletti y Zelaya, que la situación en Honduras se pudo resolver "sin
violencia".

Al firmar el acuerdo el pasado 30 de octubre, Washington "levantó" las
pocas restricciones que habían impuesto para presionar al régimen
golpista. Ya pueden sacar sus visas y viajar al norte, no se tienen que
preocupar por los millones de la USAID que ni siquiera se habían
suspendidos. Los militares estadounidenses en Soto Cano pueden reiniciar
todas sus actividades - bueno, realmente nunca las habían dejado de
hacer, como confirmó el Comando Sur del Pentágono, días después del
golpe: "todo está normal con nuestras fuerzas armadas en Honduras, están
haciendo sus actividades y maniobras conjuntas con los hondureños como
siempre". Washington está preparando su delegación de observadores para
las elecciones en Honduras el próximo 29 de noviembre - ya están en
camino.

Olvídanse del torturador Billy Joya y los paramilitares colombianos enviados
para ayudar al régimen golpista "controlar" la población. No se preocupan
por el arma sónica LRAD utilizado para torturar a los habitantes en la
embajada de Brasil, durante la estadía de Zelaya. No pasó nada. Como dijo
Thomas Shannon, "felicito a dos grandes hombres por haber logrado este
acuerdo histórico". Y la Secretaria de Estado Hillary Clinton comentó que
"este acuerdo es un logro tremendo para los hondureños". ¿Disculpa, para
quién?

En el final el celebrado "acuerdo" impuesto por Washington sólo llama al
congreso de Honduras - el mismo que falsificó la renuncia de Zelaya para
justificar el golpe, y el mismo que apoyó la instalación ilegal de
Micheletti en
la presidencia - de determinar si quieren o no restituir a Zelaya en la
presidencia. Y sólo después de recibir una opinión de la Corte Suprema de
Honduras - la misma que opinó que Zelaya era un traidor por promover una
encuesta no vinculante sobre una posible reforma constitucional y la misma
que ordenó su captura violenta. En caso de ser positiva la respuesta del
congreso, Zelaya no tendrá ningun poder. Su gabinete sería impuesto por
los partidos que apoyaron el golpe, las fuerzas armadas golpistas estarían
bajo el control de la Corte Suprema golpista, y además, Zelaya podría ser
enjuiciado por su supuesto "crimen", por haber promovido una encuesta no
vinculante sobre una potencial reforma constitucional.

Según el "acuerdo", una comisión de la verdad supervisará la
implementación de los términos acordados. Hoy anunciaron que la comisión
será liderada por una ficha de Washington, el ex presidente chileno,
Ricardo Lagos. Promotor de las políticas neoliberales de Washington,
Lagos es co-director de la Junta Directiva del Diálogo Interamericano, un
centro de pensamiento estadounidense de la derecha que analiza los temas
relacionados con América Latina. También fue encargado por la National
Endowment for Democracy (NED) para crear una versión chilena, la
Fundación Democracia y Desarrollo, para "promover la democracia", al
estilo estadounidense en la región. Al salir de la presidencia en Chile,
Lagos
fue Presidente del Club de Madrid - un club exclusivo de expresidentes
dedicados a "promover la democracia" por el mundo. En ese "club", también
figuran personajes vinculados con la desestabilización de los gobiernos de
izquierda en América Latina como Jorge Quiroga y Gonzalo Sánchez de
Lozada (ex presidentes de Bolivia), Felipe González (ex primer ministro de
España), Václav Havel (ex presidente de la República Checa) y José María
Aznar (ex primer ministro de España), entre muchos otros.

En el final, el "smart power" fue suficientemente inteligente para engañar a
los que hoy se abrazan y celebran "el fin de la crisis" en Honduras. Pero
para la mayoría del pueblo latinoamericano la victoria del "smart power" de
Obama/Clinton en Honduras significa una sombra muy oscura y peligrosa
que nos acerca. Apenás, iniciativas como el ALBA estaban logrando la
independencia en América Latina del poder estadounidense. Por primera
vez, los países y pueblos se levantaban en colectivo con dignidad y
soberanía para determinar sus propios futuros. Y llegó Obama con su
"smart power" y golpeó al ALBA, debilitóla integración latinoamericana y
aplastó cualquier pensamiento sobre independencia y soberanía en el patio
trasero de Washington.

Arrodillados y entregados ante Washington, "fue resuelta" la crisis en
Honduras, la misma que se había fomentado en el norte. Ahora, se habla
de Paraguay, Nicaragua, Ecuador y Venezuela, donde cada día aumenta la
subversión, la contrainsurgencia y la desestabilización. El pueblo de
Honduras sigue en resistencia, a pesar del "acuerdo" entre sus
gobernantes. Su insurrección y compromiso con la reivindicación de sus
derechos es el símbolo de la dignidad. La única manera de derrotar a la
agresión imperial - que sea inteligente o que sea bruta - es a través de la
unión e integración de los pueblos, a todo nivel.

"Lo ilegal lo hacemos de inmediato. Lo inconstitucional tarda más tiempo." -
Henry Kissinger
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